El "celeste" reaccionó a tiempo y pudo festejar una victoria
Deportivo Aguilares venció a Malvinas, en el partido de ida.
PURA ALEGRÍA. Los "Celestes" festejaron hasta el cansancio el triunfo.
Ventaja mínima, pero ventaja al fin. Deportivo Aguilares venció con lo justo a Sportivo Malvinas por 2 a 1 y mantiene viva la ilusión de seguir avanzando en el certamen. El cotejo revancha se disputará el miércoles en Apolinario Saravia, Salta.
Fue un duelo atípico. El "Celeste" contó con las mayores chances de gol, pero fue el equipo salteño el que golpeó primero. A los 30 minutos del primer tiempo Wilson Gómez puso en ventaja al equipo visitante. De nada le sirvió al dueño de casa asfixiar en su campo.
En el complemento, como era de esperarse, el equipo que dirige Daniel Hernández salió a matar o morir. A pesar de que regaló espacios para que Malvinas le provocara más de un susto con sus contragolpes, pudo dar vuelta el resultado. Igualó Alejandro Arrieta, de cabeza, y Guillermo López puso el 2-1. El "celeste" no se quedó con las manos vacías porque su arquero Nicolás Carrizo le tapó un mano a mano a Julio Martínez, cuando quedaba muy poco para el final del cotejo.
"Nosotros lo hicimos difícil al cotejo porque arrancamos mal. Reaccionamos a tiempo y con mucho amor propio lo pudimos dar vuelta. Sufrimos porque no estuvimos finos a la hora de convertir. La diferencia que sacamos es mínima, pero nos quedamos con el primer chico", comentó Hernández, técnico de Aguilares.
Fue un duelo atípico. El "Celeste" contó con las mayores chances de gol, pero fue el equipo salteño el que golpeó primero. A los 30 minutos del primer tiempo Wilson Gómez puso en ventaja al equipo visitante. De nada le sirvió al dueño de casa asfixiar en su campo.
En el complemento, como era de esperarse, el equipo que dirige Daniel Hernández salió a matar o morir. A pesar de que regaló espacios para que Malvinas le provocara más de un susto con sus contragolpes, pudo dar vuelta el resultado. Igualó Alejandro Arrieta, de cabeza, y Guillermo López puso el 2-1. El "celeste" no se quedó con las manos vacías porque su arquero Nicolás Carrizo le tapó un mano a mano a Julio Martínez, cuando quedaba muy poco para el final del cotejo.
"Nosotros lo hicimos difícil al cotejo porque arrancamos mal. Reaccionamos a tiempo y con mucho amor propio lo pudimos dar vuelta. Sufrimos porque no estuvimos finos a la hora de convertir. La diferencia que sacamos es mínima, pero nos quedamos con el primer chico", comentó Hernández, técnico de Aguilares.
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